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El Consejo de Estado, máxima instancia judicial de Francia, ha ordenado la suspensión de la orden del municipio de Villeneuve-Loubet, en el departamento de Alpes Marítimos (sureste), de prohibir el uso del 'burkini' como prenda de baño porque alteraba el orden público.
El organismo ha respondido así al recurso presentado por la Liga de los Derechos Humanos contra la decreto municipal, que había sido validada previamente por un tribunal administrativo de Niza.
En un comunicado, el Consejo de Estado ha afirmado que aunque el alcalde tiene como labor conciliar la seguridad con el respeto de las libertades de los habitantes, en el caso de la localidad "no hay elementos que permitan deducir riesgos del orden público como resultado de la ropa de baño de ciertas personas". "En ausencia de tales riesgos, el alcalde no podía adoptar una medida prohibiendo el acceso a la playa y al baño", ha añadido el Consejo de Estado, suspendiendo con ello la prohibición municipal, que no mencionaba explícitamente el conocido como 'burkini'.
La suspensión "creará jurisprudencia", celebró Patrice Spinosi, abogado de la Liga de Derechos Humanos, organización que pidió al Consejo que se pronunciara sobre la cuestión.
Unas fotografías publicadas el martes por el New York Times en las que se veía a cuatro policías increpando a una mujer con velo en una playa de Niza causaron conmoción. La prensa alemana mencionó una "guerra de religión" y el alcalde de Londres, Sadiq Khan, consideró que "nadie debería dictar a las mujeres lo que deben llevar".
En un país que se inflama regularmente sobre el lugar del islam en la sociedad y a diez meses de la elección presidencial, la clase política francesa entró de lleno en el mensaje.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy, candidato a las elecciones primarias de la derecha, calificaba el jueves al burkini de "provocación" y propuso prohibir también los signos religiosos en las empresas, administración, universidades, etc. Y el partido de extrema derecha Frente Nacional pidió que se extendiera a todo el espacio público la prohibición de llevar el velo.
La cuestión ha sido fuente de discrepancias dentro del gobierno. Mientras que el primer ministro, Manuel Valls, apoyó las prohibiciones, la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem declaró que "la proliferación" de ordenanzas contra el burkini no era "bienvenida" y aseguró que se trata de un "deriva política" que "libera el discurso racista".
Asimismo, la ministra de Salud, Marisol Touraine, dijo que teme una "estigmatización peligrosa para la cohesión del país". El jueves, el presidente François Hollande instó a no ceder a la "provocación" ni a la "estigmatización" aunque no se pronunció sobre los textos de los decretos locales sobre el burkini en un país que cuenta con la comunidad musulmana más importante de Europa.
El director del programa Europa de Amnistía Internacional, John Dalhuisen, consideró que las ordenanzas sobre el burkini eran una "prohibición discriminatoria que se funda y que nutre los prejuicios y la intolerancia".
Fuente: hoy.es
El organismo ha respondido así al recurso presentado por la Liga de los Derechos Humanos contra la decreto municipal, que había sido validada previamente por un tribunal administrativo de Niza.
En un comunicado, el Consejo de Estado ha afirmado que aunque el alcalde tiene como labor conciliar la seguridad con el respeto de las libertades de los habitantes, en el caso de la localidad "no hay elementos que permitan deducir riesgos del orden público como resultado de la ropa de baño de ciertas personas". "En ausencia de tales riesgos, el alcalde no podía adoptar una medida prohibiendo el acceso a la playa y al baño", ha añadido el Consejo de Estado, suspendiendo con ello la prohibición municipal, que no mencionaba explícitamente el conocido como 'burkini'.
La suspensión "creará jurisprudencia", celebró Patrice Spinosi, abogado de la Liga de Derechos Humanos, organización que pidió al Consejo que se pronunciara sobre la cuestión.
Unas fotografías publicadas el martes por el New York Times en las que se veía a cuatro policías increpando a una mujer con velo en una playa de Niza causaron conmoción. La prensa alemana mencionó una "guerra de religión" y el alcalde de Londres, Sadiq Khan, consideró que "nadie debería dictar a las mujeres lo que deben llevar".
En un país que se inflama regularmente sobre el lugar del islam en la sociedad y a diez meses de la elección presidencial, la clase política francesa entró de lleno en el mensaje.
División en el Gobierno
El expresidente francés Nicolas Sarkozy, candidato a las elecciones primarias de la derecha, calificaba el jueves al burkini de "provocación" y propuso prohibir también los signos religiosos en las empresas, administración, universidades, etc. Y el partido de extrema derecha Frente Nacional pidió que se extendiera a todo el espacio público la prohibición de llevar el velo.
La cuestión ha sido fuente de discrepancias dentro del gobierno. Mientras que el primer ministro, Manuel Valls, apoyó las prohibiciones, la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem declaró que "la proliferación" de ordenanzas contra el burkini no era "bienvenida" y aseguró que se trata de un "deriva política" que "libera el discurso racista".
Asimismo, la ministra de Salud, Marisol Touraine, dijo que teme una "estigmatización peligrosa para la cohesión del país". El jueves, el presidente François Hollande instó a no ceder a la "provocación" ni a la "estigmatización" aunque no se pronunció sobre los textos de los decretos locales sobre el burkini en un país que cuenta con la comunidad musulmana más importante de Europa.
El director del programa Europa de Amnistía Internacional, John Dalhuisen, consideró que las ordenanzas sobre el burkini eran una "prohibición discriminatoria que se funda y que nutre los prejuicios y la intolerancia".
Fuente: hoy.es
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